No sé para ti, pero para mí es muy dificil enunciar quien soy. Es más fácil decir lo que tengo, lo que he logrado o lo que hago. No creo que haya una definición exacta de quién es Azaret Zamudio. Lo que puedo decirte es que estudié la licenciatura en filosofía en mi natal Zacatecas (actualmente curso la maestría en epistemología en la UNAM), cursé mi último año en la UCLM campus Cuenca. Son las dos cosas que más me han cambiado la vida: estudiar para no tener trabajo e irme muy lejos de casa sin un peso (y sin haber salido nunca de casa).
Sé que no soy mis excelentes calificaciones, ni mis horas de productividad al día, mucho menos la cantidad de dinero que tengo en el banco, pero sé que soy una persona que necesita estar haciendo o conociendo algo diferente todo el tiempo.
Sé también que no puedo decir que no soy mi café, o mi fe no religiosa, o mi editorial, porque me faltaría algo si las negara. Sé que, aunque me digan que no es cierto, un poco de mi identidad se explica con mi TLP discretísimo, porque es resultado de una historia física y biológica de la que formo parte.
Sé, además, que hago lo que me gusta, para obtener lo que quiero: preparo café, porque sólo yo he perfeccionado la técnica de cómo me gusta beber mi flat white por las mañanas; escribo para decir las cosas que creo que deben decirse (y no murmurarse); hago magia porque no he conocido oración alguna que cubra todas mis necesidades. En fin, hago lo que me gusta y lo que me da la gana.
Soy peculiar, sin duda. Hablo poco, pero escucho todo el tiempo. A veces hablo y no hay forma de parar tremendo soliloquio, aunque es más frecuente que pase largos ratos escribiendo sobre lo que pienso. Me llaman seria, pero no hay cosa alguna que se escape de mis chistes (malos). Me divierto en abstracciones y, a veces, me dan mucha pereza las cosas simples. Otras veces, si las abstracciones me parecen erroneas, me dan pereza y busco cosas simples para divertirme (y no puedo evitarlo).
Me gusta la soledad. Prefiero estar sola la mayor parte del tiempo y son contadas las personas que pueden interrumpir ese espacio. Hablo más con mis gatos que con cualquier persona. Mi bandeja de mensajes está casi siempre vacía y siempre ha sido así. No contesto mensajes, a menos que sean de extrema urgencia. No contesto llamadas, a menos que sean de mi famillia. A veces me gusta sentarme a escuchar música. A veces me gusta sentarme a escuchar los ruidos del mundo.